Diferencias y semejanzas: la noche y el día

De una manera muy sencilla y simpática, este video de la productora PIXAR, titulado Día y Noche, nos muestra como, por el simple hecho de ser diferentes – en este caso representado por el día y la noche - se puede generar, en las relaciones interpersonales, el conflicto.

El conflicto surge precisamente ante la diferencia. Cuando lo semejante se encuentra, sencillamente, el conflicto, no se da. Pero, en la realidad, es prácticamente imposible estar demasiado tiempo en calma, sin que se haga presente, pues la diferencia siempre está ahí.

La semejanza tiene muchas ventajas pues nos permite reconocernos e identificarnos. El reconocernos igual a otro u otros nos genera sensaciones de tranquilidad, comodidad y paz. La desventaja de querer permanecer solo en la semejanza, en esa zona de confort, es la interrupción del desarrollo, pues éste sólo se puede dar a partir de la novedad, y la novedad sólo se encuentra en lo que no es igual a uno, es decir, en lo diferente.

Querer estar siempre en la igualdad es imposible, pues en la vida la homeostasis, es decir, el equilibrio, dura sólo un instante, para luego romperse, y volver a iniciar el proceso de la búsqueda del equilibrio. Es así como se desarrolla la vida, un constante ir y venir entre la tempestad y la calma, el caos y el orden.

En este video, cuando Noche y Día se encuentran, pronto descubren sus diferencias y eso los confunde, los sorprende, les asusta.

Su primera reacción al reconocerse como diferentes es entrar en competencia – ¿Les suena conocido? – , e inicia una reacción natural de auto-protección: la competencia para demostrar que son mejor que el otro.

Las diferencias, sorprenden, asustan, fascinan, enriquecen, transforman, nos ayudan a crecer juntos a partir del contacto.

Después de un periodo de estar luchando por comprobar su supremacía, descubren que las diferencias del otro también ofrecen cosas agradables, novedosas, distintas, enriquecedoras y empiezan a mostrarlas y a compartirlas enriqueciéndose mutuamente y creciendo juntos día y noche.

Finalmente, ambos descubren que tienen la capacidad de transformarse en el otro y de integrarse mutuamente y que los dos son , ambas cosas: noche se transforma en día y el día en la noche y continúan siendo complementarios eternamente y reconocen que son indisolubles, es decir, el uno, no existe sin el otro.

Este trabajo es un ejemplo de como lo sencillo, puede generar un aprendizaje significativo. Pero eso creo yo, ¿tú qué opinas? Tómate unos minutos para ver el video si no has tenido la oportunidad de verlo y, si ya lo viste, te sugiero que lo vuelvas a disfrutar. Yo, cada vez que lo veo, encuentro algo novedoso y me enriquezco con él.

Luis Fernando Martínez Gómez